La película "Los últimos" podrá verse este sábado en el auditorio de la Universidad Tecnológica Nacional, ubicada en el Puerto, con entrada gratuita. Para los realizadores se trata de "una despedida" a una forma de encarar el trabajo en altamar.
“La postal de la tragedia”. Esa fue una de las frases enunciadas entre los integrantes del equipo de filmación, en abril de este año, durante reuniones preliminares antes de que el proyecto terminara siendo una película documental. Ocho meses después, sobrevuela algo de esa frase en “Los últimos”, un filme que relata las historias de los últimos pescadores artesanales del Puerto de Mar del Plata.
El filme se estrenará este sábado a las 21 en las instalaciones de la UTN, ubicada en Av. Dorrego 281 del Puerto local, con entrada libre y gratuita. También podrán verse dos cortometrajes de alumnos y alumnas de la Tecnicatura Universitaria en Comunicación Audiovisual.
Con producción de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), esta pieza audiovisual contó con la realización del Centro de Arte y Ciencia y tiene dirección de Martín Virgili, realización de Matías Tazza y producción de Candela Chirino.
Cavilla Santini, Chirino, el pescador Carlos Greco, Virgili y Tazza en una de las jornadas de rodaje.
Junto al responsable del sonido, Federico Cavilla Santini, el grupo caminó la banquina chica y buceó en “los últimos pescadores de las lanchas amarillas”, relató Tazza, encargado de la cámara y del montaje, a LA CAPITAL.
Fueron estos trabajadores artesanales quienes abrieron sus mundos: vivencias e historias personales se entrelazan con opiniones en el documental, que también se retrotrae a las épocas del esplendor de las lanchas, cuando la banquina era el reflejo de la abundancia de esta clase de embarcaciones y la Fiesta de los Pescadores era, cada verano, una potente atracción turística.
“Vamos atravesando las diferentes problemáticas en boca de ellos y cuentan lo que creen que fue haciendo que las lanchas fueran desapareciendo, hoy quedan entre doce y catorce”, siguió Tazza.
El antecedente de este documental es la obra musical, sonora y experimental “San Antonino”, compuesta por Virgili, que sucede en el interior del puerto. “Tenía claro, a partir de San Antonino, que el problema de las lanchas es clave para detectar la identidad marplatense en los términos en que se presenta, como una contradicción”, indicó el director.
La contradicción a la que aludió se relaciona con el grado de invisibilidad que tiene el Puerto en el imaginario local. “El Puerto es un lugar castigado, corrido por toda la historia” marplatense, observó Virgili.
Para conocer lo que fue San Antonino, leé acá esta nota de 2021:
La original obra “San Antonino” se representará el próximo domingo
En ese sentido, confió que esa obra musical -se realizó varias temporadas- buscó “movilizar a la comunidad, alertarla sobre la amenaza de este patrimonio” portuario y su posible desaparición.
Ahora, en cambio, con “Los últimos” modificó la intencionalidad. “Si con San Antonino había un llamado de atención, esta película en cambio es una despedida, ya no hay necesidad de movilizar a nadie, es una despedida con honores que hacemos con el equipo. Homenajeamos a los pescadores y conectamos con esa pérdida”, agregó.
Chirino coincidió: “La realidad del Puerto nos atravesó, es interesante lo que está pasando con los pescadores, tienen necesidad de que alguien los escuche, es un sector muy castigado”.
Virgili entendió, por su parte, que el trabajo artesanal de las lanchas amarillas encierra la forma de un patrimonio intangible que tendría que resguardarse frente al avance de otras labores más mecánicas. Ni pescadores ni otras instancias públicas pudieron “resignificar el uso de esas lanchas, buscarle una vuelta creativa para que esas tradiciones se mantengan”.
Con entrevistas, momentos de altamar, animaciones de Manuel Ullua, el apoyo de la productora Negra Cuarenta y del decano de la UTN Fernando Scholtus, “Los últimos” encierra sobre todo la contundencia del testimonio, el homenaje, el elogio a una manera de encarar el duro trabajo en el mar. “Ellos dicen que a las lanchas les quedan cuatro o cinco años de vida. Perder una forma es una cosa trágica, es como perser un idioma”, observó Virgili.